martes, 10 de noviembre de 2009

Mayo Francés: de las barricadas a la Huelga General mundial


A pesar de que han pasado ya, 41 años desde el comienzo del Mayo Francés en 1968, vale la pena volver la mirada hacia atrás y recordar a aquellos estudiantes y obreros que lucharon por sus ideales, que rechazaron de lleno el sistema capitalista y las dictaduras estalinistas y fascistas, aquellos que lograron debilitar el “tan firme” gobierno de De Gaulle. Estos jóvenes, que comenzaron su lucha en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Nanterre, ignoraron que su rebelión desencadenaría años después cambios sociales tan importantes y tan profundos y que daría la bienvenida al tan esperado siglo XXI.

La restricción por parte de las autoridades de la Universidad a que los alumnos varones ingresaran a los dormitorios de las alumnas dentro del campus, fue la gota que rebalsó el vaso, fue el disparador. Pero a esto hay que sumarle, la vida opaca y aburrida que llevaban los estudiantes, y la tremenda represión policial que sufrieron los alumnos luego de participar en una serie de huelgas en numerosas universidades e institutos de París.

Del Mayo francés se tienen recuerdos contradictorios, ambiguos. El movimiento, al no contar con una conducción política, en cierta manera, fracasó. Pero al mismo tiempo, y por eso la ambigüedad, resultó ser el motor que haría funcionar lo que luego sería el mundo moderno. Sus ideales, pronto serían sólo un sueño, porque no todos pudieron hacerse realidad. Al iniciar esa semana rabiosa, los estudiantes buscaban la alianza de la clase subalterna con la inteligencia universitaria, la liberación femenina, la libertad sexual, la defensa del medio ambiente y la ecología, contaban con el apoyo de intelectuales como Marcuse, Sastre, Monod. Gracias a ellos, en cierto modo, se pudieron alcanzar algunos objetivos, como por ejemplo, la autogestión de las universidades, pero esto no alcanzó.

Ninguno de estos jóvenes imaginó que la espontánea decisión de comenzar una rebelión en un pueblo de Francia tendría tanta repercusión y tanto acatamiento en el resto del mundo. Fueron millones de personas luchando por sus ideales, queriendo cambiar la sociedad para poder ser más felices.

Al grito de “Prohibido prohibir” o “No le pongas parches, la estructura está podrida”, los participantes del Mayo Francés ya imponían tendencia en los demás países con el uso de pancartas, grafittis, collages, etc. Tal es el caso del movimiento de protesta llamado el “Cordobazo” sucedido en Córdoba, en Argentina exactamente un año después, que dejó como resultado la caída inmediata del gobierno militar de Onganía, y cuatro años después el regreso del Peronismo al poder. Otro caso, fue la revolución hippie que comenzó en los EE.UU. y pronto se extendió por el mundo. O la Primavera de Praga.

Fueron muchas las rebeliones, las protestas estudiantiles, las luchas reformistas que se sucedieron después del Mayo Francés, algunas con éxito, otras no tanto. Lo importante es que no hay que resignarse a soñar, a creer que existe un mundo mejor con más libertades, y que mejor ejemplo, que el Mayo Francés, o el Cordobazo, o la Revolución Cubana con la muerte del Che Guevara en 1967 (que sirvió como estandarte para los jóvenes de aquel Mayo del ’68), para dar cuenta de ello.





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