martes, 10 de noviembre de 2009

Por una ley que deje hablar a la sociedad


Hablar de la Ley de Medios es, en estos días, moneda corriente o figurita repetida. Es un tema que debería interesarle a toda la sociedad, no sólo a los periodistas o a los estudiantes de Comunicación. Tanto la libertad de expresión como el derecho a informarse libremente no les competen sólo a los que pertenecen a los medios. A su vez, es importante recordar que la Ley de Radiodifusión que rige en la Argentina es un decreto hecho durante la Dictadura militar en 1980, por lo tanto, es anticonstitucional y es necesaria una reforma urgente, un cambio radical, así como también que se cumplan los artículos y que no se pasen por alto, como están haciendo los Multimedios, esas grandes corporaciones con grandes empresarios que desde una oficina comercializan la información, cierran puertas, acaparan el mercado, se llenan los bolsillos con la adquisición de más y más medios, o más y más empresas, nacionales e internacionales, dejando sin lugar a aquellos periodistas o comunicadores principiantes.

Esta ley que regula los contenidos de los medios audiovisuales y que, a su vez, establece quiénes pueden ser los dueños y de qué forma, imposibilita el acceso a una licencia de radiodifusión a cualquier entidad que no tenga fines comerciales. Al mismo tiempo, y paradójicamente, da el derecho “excepcional” a la información a los ciudadanos, la pregunta sería ¿de qué manera? Por ejemplo cambiando de canal o de frecuencia, o lo que se conoce como el “pluralismo del rating”. Es decir, lo que en realidad tendría que ser algo natural y ya dado, es considerado como algo excepcional.

Aún es difícil de entender, que como ya, a 26 años de la vuelta a la democracia, todavía no se haya podido llegar a sancionar una nueva ley que de como resultado, un nuevo acuerdo. Un acuerdo entre todas las partes, los oficialistas y los opositores, dejando atrás orgullos y prejuicios, olvidándose por un minuto de las diferencias en sus ideologías y uniéndose por un bien común. Recién este año, el gobierno de los K impulsó el Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual para modificar la 22.285 el 18 de marzo de este año; primero fue el proyecto, luego el debate en la Cámara de Diputados, en la cual, ya se aprobó, y en esta instancia, y a horas de la gran decisión que cambiará o no el futuro de los medios en la Argentina, la debaten en la Cámara de Senadores. El viernes se sabrá si estos monstruos de la comunicación audiovisual puedan ser extinguidos, o al menos heridos.

Para desintegrar los monopolios de la información, hay que hacer respetar los artículos, y para eso, hay que conocer los 21 puntos a tener en cuenta en este proyecto de ley, por ejemplo, enfatizar el hecho de que la radiodifusión no es sólo un simple negocio, sino más bien, un servicio esencial para el desarrollo social, cultural y educativo de los ciudadanos (esto no se cumple, porque justamente, los Multimedios están destinados sólo a lo comercial); o bien, priorizar la producción de publicidades hechas en el país, así como también de cine argentino para apostar al crecimiento nacional; otro de los puntos habla sobre las repetidoras y cadenas, las cuales deben ser una excepción de modo tal de priorizar y fomentar el pluralismo y la producción local y propia, exceptuando a aquellas que sean estatales o de servicio publico.

Hay voces a favor y voces en contra de este proyecto, las cuales comenzaron a circular por diarios, canales de TV y radios de todo el país a medida que el nuevo proyecto cobraba fuerza. Es sabido que no siempre se puede estar de acuerdo con todo, pero al menos hay que intentarlo, intentar escuchar al otro y llegar a un acuerdo, para volver a lo que alguna vez fue, a esos objetivos de consolidación de ideas, de impartición de información fidedigna, de mayor libertad de prensa, de que más personas puedan ingresar a los medios de comunicación y participar en los mismos. Es necesario volver el tiempo atrás y olvidar por un instante, que el mundo está globalizado, que existen las fusiones y las empresas privatizadas en el gobierno de Menem, que los Multimedios invaden la sociedad. Sólo así, y con la sanción de la nueva ley, los medios audiovisuales en la Argentina, podrán ser espacios de libre acceso, podrá haber más posibilidades de empleo en los mismos, más libertad, más medios, menos dinero de por medio y más divulgación de cultura e ideas. Argentina está a horas de vivir un hecho histórico y a punto de iluminar ese lado oscuro que le dejó la dictadura con esta Ley.


hhtp://www.comfer.gov.ar/web/blog/wp-content/uploads/2009/03/ley-final-sin-marcas.pdf


http://www.unaleyparatodos.com.ar/

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