miércoles, 11 de noviembre de 2009

“Para que nunca más haya una Dictadura”


Todo comenzó el 24 de marzo de 1976 cuando tres personas pertenecientes a las Fuerzas Armadas, entre ellos, a la cabeza el Teniente Jorge Rafael Videla, quien fue elegido como presidente de facto, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Orlando R. Agosti, tomaron el poder por la fuerza, destituyendo a la que por entonces era la Presidente nacional, Isabel Martínez de Perón. Antes de esta fecha, existían en el país grupos de personas que luchaban violentamente por los derechos a una mejor educación y por empleos para todos, este grupo eran los Montoneros. Pero la población ya estaba cansada de estos grupos que querían tomar el poder a la fuerza y sin importarles nada, es por eso que se encañonaban frente a los cuarteles a pedir a los militares que actuaran, tiempo después sus deseos se hicieron órdenes.

El "Proceso de Reorganización nacional", es el nombre que ellos mismos se pusieron, con ese nombre ficticio libraron toda una serie de hechos aberrantes, como secuestros, asesinatos, desapariciones, torturas, el no respeto de la Constitución, los exilios. Los Militares hacían y deshacían a su antojo; el régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, y ¿cuál era el objetivo? Nada más y nada menos que someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente, sin nadie que se “opusiera”.

No hay una palabra, un término, un concepto que englobe lo que significó la Dictadura, los horrores que se sucedieron, unos tras otros, la sangre derramada, las muertes injustas, las reapropiaciones de hijos de desaparecidos, la tortura a la que fueron sometidos, la censura, la disolución de organismos públicos, la quema de libros, las represiones ilegales. Tampoco hay una palabra políticamente correcta que caracterice a estos canallas que tantas vidas quebrantaron, que tantas leyes violaron, que iniciaron una Guerra, la de Malvinas, de la cual Argentina salió derrotada; estos hijos de su madre, masacraban a todo aquel “enemigo de la Nación”, así lo denominaban, como justificando los terribles hechos que cometían, como si diciéndoles enemigos, se podría paliar el dolor.

A su vez, hubo algunos acontecimientos que marcaron la historia en la época de la Dictadura, como por ejemplo la fundación de las Madres de Plaza de Mayo en 1977, integrado por madres de desaparecidos a quienes buscaban a sol y a sombra, y aún hoy, lo siguen haciendo. O el hecho de ganar el Campeonato Mundial de Fútbol disputado en el país en el ’78, como para disipar y distraer a la población. No hay que olvidarse de los campos de detención, esos lugares donde torturaban, secuestraban y mantenían ocultos a los desaparecidos, por el simple hecho de pensar distinto, el más conocido es la ESMA.

Pero a esto, hay que sumarle que durante la época del proceso hubo una característica común a la gran mayoría de los jóvenes, la intención de contribuir a transformar una sociedad que consideraban injusta. En la Argentina, los jóvenes tuvieron un gran protagonismo y se identificaron con los deseos de transformación social. Amplios sectores (universitarios y obreros) de la sociedad compartían ideales revolucionarios y se manifestaban con un tono crítico frente al orden establecido. Son claros ejemplos de estas luchas juveniles, La noche de los bastones largos en julio del ’76, que fue una jornada represiva en la que intervinieron las universidades, dejando profesores y estudiantes heridos, así como exiliados. Un par de meses después, se produce en La Plata la trágica "Noche de los lápices, donde la policía secuestra, tortura y asesina a un grupo de estudiantes secundarios que reclamaba tarifas especiales para los transportes públicos. Es decir, los jóvenes, como siempre, tuvieron activa participación en la Dictadura.

Las consecuencias del Proceso militar fueron profundas, no se puede saber a ciencia cierta cuantos reprimidos hubo, porque los canallas quemaron documentos, o los hicieron desaparecer. Pero aproximadamente se cree que los muertos rondean los 30.000. Es indignante tener que hablar de semejante hecho, es indignante y a la vez, llena los espíritus de impotencia y dolor. El uso indiscriminado de todo tipo de violencia llenó de miedo y terror a un vasto sector de la población. Por esos días, la palabra “desaparecido” era moneda corriente, era alguien que técnicamente no estaba ni muerto ni vivo, ni aquí ni allá. Una frase que puede resumir el proceso es la que dijo el gobernador militar Ibérico Saint: "Primero mataremos a los subversivos, luego a sus colaboradores, después a sus simpatizantes y luego a quienes permanezcan indiferentes; y finalmente mataremos a los tímidos".


www.me.gov.ar/efeme/24demarzo/dictadura.html

http://www.historiadelpais.com.ar/dictadura.htm

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