martes, 24 de noviembre de 2009

Las “Noticias del poder” según Jorge Halperín


Si se habla de un periodista argentino con mucha trayectoria y alto prestigio en el país, se está hablando, sin dudas, de Jorge Halperín, quien, entre otras cosas, conduce los programas La siesta Inolvidable, diariamente por Radio Mitre, y Dinero, que se emite por la señal de cable Ciudad Abierta. Además comparte una columna semanal en el programa radial ¿Cuál es? por la Rock and Pop. Sus inicios en el periodismo se remontan hacia 1967, momento a partir del cual comenzó su paseo por varias redacciones de diarios como La Razón, El Cronista Comercial y Clarín. Trabajó, además, para Editorial Atlántida, fue prosecretario de Política y Economía de la revista Creación y fue director de la revista Tres Puntos.

En su flamante libro, “Noticias del poder, buenas y malas artes del periodismo político”, el autor se interna en el complejo mundo de “la especialización más peligrosa del oficio”. Recorre los claroscuros del periodismo político, a lo que le suma entrevistas hechas a emblemas del género como Oscar Raúl Cardoso, Eduardo Aliverti, Daniel Santoro, Mario Wainfeld o José María Pasquini Durán, entre otros.

El periodismo político es una especialidad dentro del periodismo que produce información, análisis y opiniones sobre la marcha del sistema político. Es aquel que produce las tapas de los diarios que luego se trasladan a los titulares de las radios y la televisión del mismo día o del día siguiente.

Halperín establece que el camino a la verdad está lleno de obstáculos que no siempre es factible sortear, menos aún cuando se trata de desentrañar los fundamentos de una materia tan dificultosa y problemática como lo es el poder, en este caso, el poder político.

Para definir el concepto de Verdad Periodística, Halperín plantea que “La verdad que publicamos no es un testimonio individual, sino que se construye a través de una red que integran, por un lado, la información que previamente teníamos; por otro, lo que nos dicen nuestras fuentes y también lo que señalan los otros medios, que publican su información e influyen sobre nuestros propios puntos de vista”.

También se define el concepto de poder y de política. “El poder consiste en la eventualidad de que un hombre o un conjunto de hombres realice su propia voluntad incluso contra la resistencia de otros que participan en la acción, según Weber”, destacó el autor.

Entonces el periodismo político, se trata, nada más ni nada menos, que de informar sobre el poder, un objeto de investigación con demasiadas mañas que construye su propio relato para dominar y crear consenso. La presencia del periodista tratando de sacar información y de hacerla pública le plantea una encrucijada al poder: o es una herramienta a su servicio, o bien se convierte en una competencia.

El rol que juegan los grandes medios es cada vez más el de propagandistas, constructores de opinión orgánicos de intereses todavía más importantes, actores nada neutros en cuanto al control del poder, menos aún que los propios partidos políticos.

Es por eso que la política y el periodismo aparecen en permanente conflicto en los escenarios del poder, tanto uno como el otro, eso es lo que buscan. El periodismo también construye opciones de poder y a veces opera desestabilizando, como es el caso del derrocamiento de Arturo Illia por boca de alguno de los periodistas que participaron en la operación, Lo mismo le que pasó a Fernando De la Rúa, cuando los medios instalaron la imagen de su torpeza y su “aburrimiento”. De esta manera, los medios ayudan a debilitar gobiernos: no pueden derrocarlos pero sí reforzar tendencias y hacer que los ciudadanos dejen de elegirlos o comiencen a no creerles, y por consiguiente, a sacarles el poder que alguna vez adquirieron. Un ejemplo actual podría ser el caso del Diario Clarín con el Gobierno K, lo que hace el diario justamente es construir opiniones en sus lectores, cambiarles su manera de pensar, hacerlos volver en contra de todo lo que el gobierno haga.

La construcción de la agenda “es el mecanismo por el cual se instalan en los medios los temas que van a concentrar la mayor atención pública y el enfoque que va a predominar en su tratamiento”, por lo menos eso es lo que sostiene Halperín y así la define.

El factor que mayor influencia tiene en la construcción de la agenda es el poder político. “El gobierno y, en muchos casos, una oposición con gran capacidad de iniciativa tienen una posición privilegiada para instalar agenda”, argumentó el periodista. A este actor político hay que sumarle el actor económico, las fuentes del poder corporativo como la Iglesia Católica, los sindicatos y las Fuerzas Armadas; los llamados “gajes del oficio”, y “factor de clase” que se refiere a que tanto las personas que trabajan en los medios como los lectores, oyentes y televidentes, pertenecen en su mayoría a la clase media.

En fin, el ciudadano, para poder ser ciudadano necesita saber lo que sucede en la esfera política, estar informados. Y ahí los medios tienen un rol crucial: por lo tanto, en donde el poder consiga su propósito de desviar la información o de instalar su propio relato y los medios pierdan su capacidad crítica, se está en serios problemas como ciudadanos. Es un círculo virtuoso que nunca debe dejar de girar, porque si eso sucede, los ciudadanos dejarían de ser ciudadanos para sólo ser individuos aislados de la sociedad en la que viven.





miércoles, 11 de noviembre de 2009

La deuda externa: la madre de todos los males argentinos


La deuda externa es un fenómeno relativamente reciente, pero no por eso poco importante. Su papel en el marco político y económico internacional de este último cuarto de siglo ha sido fundamental en el desarrollo de cada país. En la Argentina, particularmente, la deuda se acrecentó en forma notable, durante la Dictadura del ’76 en manos de los militares, que gastaron sin medir las consecuencias para la compra de armamentos. El total se estima en un crecimiento de 40000 millones de dólares de 1975 a 1983 (año en que, por fin, vuelve la Democracia de la mano de Alfonsín). Hay que aclarar, que en el contexto mundial, durante el período 1973-1978, la acción concertada de los países exportadores de petróleo llevó a que el precio mundial subiera por las nubes, haciendo que no pudieran gastar estos inesperados beneficios. Esto llevó a efectuar depósitos masivos de divisas en bancos internacionales, mayoritariamente de capitales norteamericanos. Años más tarde, durante el gobierno de Menem, la deuda se acrecentó un poco más debido a las privatizaciones de las empresas públicas y la creación del régimen provisional, el cual el año pasado quedó sin vigencia por una decisión de la presidenta.

Pese al contexto, es importante decir que la Deuda es un instrumento que en teoría, debería utilizarse para el crecimiento de un país en base a un plan estudiado, programado y aprobado por los Congresos nacionales, pero en la práctica, esto no es así. A dicho instrumento hay que sumarle la función última de generar riquezas para el bienestar de los habitantes de un país.

Para la Argentina, la deuda externa es un karma interminable, es un cuento de nunca acabar, donde se paga y se sigue pagando, y a la vez se debe cada día más. Se calcula que por estos días, la deuda supera los 170.000 millones de dólares, a pesar que en el 2003, el por entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner pagara la totalidad de la deuda con el FMI, convirtiendo a su gobierno, en el que más ha pagado en la historia del país. Esta cifra, los más de millones de dólares, es un tanto escalofriante y da cuenta de la pésima administración que tuvo la Argentina en las últimas décadas. Los gobiernos democráticos o los que no lo fueron, han pedido prestado dinero en grandes cantidades, pero no lo han destinado, justamente y como tendría que haber sido, a obras de bien público o para la sociedad. Los dirigentes argentinos no tienen lo que tienen que tener para plantarse y decir: “Tengo un plan concreto para cancelar lo que falta de la deuda externa”, es por eso, que tampoco defienden los derechos e intereses de los habitantes.

Desde los ’80, la Argentina viene acumulando más y más deuda externa, haciendo que sea imposible afrontar las crecientes condiciones de desempleo, pobreza y desindustrialización que atraviesa el país. No hay un solo y único responsable ni culpable de esta inmensa deuda, no hay a quien apuntar con el dedo juzgador. Todos los gobiernos dejaron su granito de arena; todos contribuyeron, los de izquierda, los de derecha, los militares, los peronistas y los radicales, todos y cada uno de ellos hicieron de la deuda externa la montaña de arena mas alta. Todos ayudaron a que la Argentina esté sumida en una de las mayores crisis económicas, políticas y sociales en lo que va de la historia. Ya no es sólo un obstáculo para el desarrollo sino también una carga muy pesada, imposible de afrontar en las condiciones actuales.


www.eurosur.org/deudaexterna/


www.taringa.net/posts/info/2501775/La-Deuda-Externa-Argentina.html

La Guerra de la Dictadura



En la Guerra de Malvinas murieron 649 soldados argentinos, 649 personas inocentes a las cuales mandaron caprichosamente a luchar contra un país fuerte y bien armado y preparado para luchar, ese país era Gran Bretaña. La mayoría de ellos, eran jóvenes que estaban haciendo el servicio militar obligatorio (hay que recordar que para 1982 todavía el país estaba en manos de los militares). Eran soldados pobres arrancados de las provincias que pasaban días y noches metidos en las trincheras, las cuales estaba llenas de agua helada, por lo que tenían que acostumbrarse a dormir sentados y tiritando de frío, porque tampoco tenían mucho abrigo y menos que menos una cobija. Y eran los pobres los que iban, porque los jóvenes ricos, siempre buscaban alguna manera de zafar, ya sea con contactos familiares o con alguna falsa excusa médica.

Estos soldaditos, además de morirse de frío, de ver morir compañeros a cada minuto con cada bombardeo, de rezar para que no les toque la misma suerte a ellos… como si todo eso fuera poco, se morían de hambre, porque casi no recibían alimentos. Y entonces el hambre los hacía robar ovejas a los kelpers (los habitantes de las Islas), obviamente que cuando los encontraban robando, los oficiales los “estaqueaban” como forma de castigo.

La sociedad argentina, por su parte, no hacía oídos sordos a la Guerra, pero los medios de comunicación la engañaba haciéndole creer que el país iba ganando la Guerra, mostrando ciertas imágenes y ocultando otras, así como también censurando la información. Así y todo, las escuelas e iglesias de todo el país recolectaban las bolsas de arroz y de leche en polvo que la gente donaba, las cuales a causa de la maldita corrupción nunca alcanzaron a sus destinatarios.

Una vez terminada la guerra quedaron el olvido y la negación colectiva. Más que nada, por parte del Gobierno militar, que los obligó a firmar un documento en el que se comprometían a no hablar de lo sucedido.

Hoy, ya pasaron 27 años del comienzo del desembarco británico, pero a pesar del tiempo transcurrido y del documento que enmudecía al país, las huellas, las marcas y la sangre derramada quedan intactas en las Malvinas y en los corazones de los ex combatientes, de las familias de los caídos, y de la sociedad toda. Imposible olvidar algo tan importante para el país, una Guerra que no fue, una Guerra con mentiras y engaños, una Guerra a las apuradas.

Un año después de que terminara esta contienda en la que se luchaba por la soberanía de las Islas Malvinas y en la que salió triunfante, Margaret Tatcher (la primera ministro británica de aquel entonces, la que impulsó la guerra), volvió la democracia a la Argentina de la mano de Alfonsín, y con ella, el intento por sanar las heridas, el intento por dejar atrás la triste resaca de la dictadura que había secuestrado, torturado y asesinado a más de 30 mil personas; que había organizado un Mundial de Fútbol para desviar la atención, para cumplir con el ritual del pan y el circo, que había contraído una enorme deuda con los organismos financieros internacionales a través del Ministro de Economía Martínez de Hoz.

En fin, a pesar de los intentos por cerrar estas heridas, no hay que olvidar que las Malvinas son argentinas, aunque la Guerra, demuestre lo contrario.

www.nocturnabsas.com.ar/forum/historia/274263-guerra-de-malvinas-imagenes.htm

http://www.portalplanetasedna.com.ar/guerra_malvinas.htm

“Para que nunca más haya una Dictadura”


Todo comenzó el 24 de marzo de 1976 cuando tres personas pertenecientes a las Fuerzas Armadas, entre ellos, a la cabeza el Teniente Jorge Rafael Videla, quien fue elegido como presidente de facto, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Orlando R. Agosti, tomaron el poder por la fuerza, destituyendo a la que por entonces era la Presidente nacional, Isabel Martínez de Perón. Antes de esta fecha, existían en el país grupos de personas que luchaban violentamente por los derechos a una mejor educación y por empleos para todos, este grupo eran los Montoneros. Pero la población ya estaba cansada de estos grupos que querían tomar el poder a la fuerza y sin importarles nada, es por eso que se encañonaban frente a los cuarteles a pedir a los militares que actuaran, tiempo después sus deseos se hicieron órdenes.

El "Proceso de Reorganización nacional", es el nombre que ellos mismos se pusieron, con ese nombre ficticio libraron toda una serie de hechos aberrantes, como secuestros, asesinatos, desapariciones, torturas, el no respeto de la Constitución, los exilios. Los Militares hacían y deshacían a su antojo; el régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, y ¿cuál era el objetivo? Nada más y nada menos que someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente, sin nadie que se “opusiera”.

No hay una palabra, un término, un concepto que englobe lo que significó la Dictadura, los horrores que se sucedieron, unos tras otros, la sangre derramada, las muertes injustas, las reapropiaciones de hijos de desaparecidos, la tortura a la que fueron sometidos, la censura, la disolución de organismos públicos, la quema de libros, las represiones ilegales. Tampoco hay una palabra políticamente correcta que caracterice a estos canallas que tantas vidas quebrantaron, que tantas leyes violaron, que iniciaron una Guerra, la de Malvinas, de la cual Argentina salió derrotada; estos hijos de su madre, masacraban a todo aquel “enemigo de la Nación”, así lo denominaban, como justificando los terribles hechos que cometían, como si diciéndoles enemigos, se podría paliar el dolor.

A su vez, hubo algunos acontecimientos que marcaron la historia en la época de la Dictadura, como por ejemplo la fundación de las Madres de Plaza de Mayo en 1977, integrado por madres de desaparecidos a quienes buscaban a sol y a sombra, y aún hoy, lo siguen haciendo. O el hecho de ganar el Campeonato Mundial de Fútbol disputado en el país en el ’78, como para disipar y distraer a la población. No hay que olvidarse de los campos de detención, esos lugares donde torturaban, secuestraban y mantenían ocultos a los desaparecidos, por el simple hecho de pensar distinto, el más conocido es la ESMA.

Pero a esto, hay que sumarle que durante la época del proceso hubo una característica común a la gran mayoría de los jóvenes, la intención de contribuir a transformar una sociedad que consideraban injusta. En la Argentina, los jóvenes tuvieron un gran protagonismo y se identificaron con los deseos de transformación social. Amplios sectores (universitarios y obreros) de la sociedad compartían ideales revolucionarios y se manifestaban con un tono crítico frente al orden establecido. Son claros ejemplos de estas luchas juveniles, La noche de los bastones largos en julio del ’76, que fue una jornada represiva en la que intervinieron las universidades, dejando profesores y estudiantes heridos, así como exiliados. Un par de meses después, se produce en La Plata la trágica "Noche de los lápices, donde la policía secuestra, tortura y asesina a un grupo de estudiantes secundarios que reclamaba tarifas especiales para los transportes públicos. Es decir, los jóvenes, como siempre, tuvieron activa participación en la Dictadura.

Las consecuencias del Proceso militar fueron profundas, no se puede saber a ciencia cierta cuantos reprimidos hubo, porque los canallas quemaron documentos, o los hicieron desaparecer. Pero aproximadamente se cree que los muertos rondean los 30.000. Es indignante tener que hablar de semejante hecho, es indignante y a la vez, llena los espíritus de impotencia y dolor. El uso indiscriminado de todo tipo de violencia llenó de miedo y terror a un vasto sector de la población. Por esos días, la palabra “desaparecido” era moneda corriente, era alguien que técnicamente no estaba ni muerto ni vivo, ni aquí ni allá. Una frase que puede resumir el proceso es la que dijo el gobernador militar Ibérico Saint: "Primero mataremos a los subversivos, luego a sus colaboradores, después a sus simpatizantes y luego a quienes permanezcan indiferentes; y finalmente mataremos a los tímidos".


www.me.gov.ar/efeme/24demarzo/dictadura.html

http://www.historiadelpais.com.ar/dictadura.htm

martes, 10 de noviembre de 2009

Por una ley que deje hablar a la sociedad


Hablar de la Ley de Medios es, en estos días, moneda corriente o figurita repetida. Es un tema que debería interesarle a toda la sociedad, no sólo a los periodistas o a los estudiantes de Comunicación. Tanto la libertad de expresión como el derecho a informarse libremente no les competen sólo a los que pertenecen a los medios. A su vez, es importante recordar que la Ley de Radiodifusión que rige en la Argentina es un decreto hecho durante la Dictadura militar en 1980, por lo tanto, es anticonstitucional y es necesaria una reforma urgente, un cambio radical, así como también que se cumplan los artículos y que no se pasen por alto, como están haciendo los Multimedios, esas grandes corporaciones con grandes empresarios que desde una oficina comercializan la información, cierran puertas, acaparan el mercado, se llenan los bolsillos con la adquisición de más y más medios, o más y más empresas, nacionales e internacionales, dejando sin lugar a aquellos periodistas o comunicadores principiantes.

Esta ley que regula los contenidos de los medios audiovisuales y que, a su vez, establece quiénes pueden ser los dueños y de qué forma, imposibilita el acceso a una licencia de radiodifusión a cualquier entidad que no tenga fines comerciales. Al mismo tiempo, y paradójicamente, da el derecho “excepcional” a la información a los ciudadanos, la pregunta sería ¿de qué manera? Por ejemplo cambiando de canal o de frecuencia, o lo que se conoce como el “pluralismo del rating”. Es decir, lo que en realidad tendría que ser algo natural y ya dado, es considerado como algo excepcional.

Aún es difícil de entender, que como ya, a 26 años de la vuelta a la democracia, todavía no se haya podido llegar a sancionar una nueva ley que de como resultado, un nuevo acuerdo. Un acuerdo entre todas las partes, los oficialistas y los opositores, dejando atrás orgullos y prejuicios, olvidándose por un minuto de las diferencias en sus ideologías y uniéndose por un bien común. Recién este año, el gobierno de los K impulsó el Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual para modificar la 22.285 el 18 de marzo de este año; primero fue el proyecto, luego el debate en la Cámara de Diputados, en la cual, ya se aprobó, y en esta instancia, y a horas de la gran decisión que cambiará o no el futuro de los medios en la Argentina, la debaten en la Cámara de Senadores. El viernes se sabrá si estos monstruos de la comunicación audiovisual puedan ser extinguidos, o al menos heridos.

Para desintegrar los monopolios de la información, hay que hacer respetar los artículos, y para eso, hay que conocer los 21 puntos a tener en cuenta en este proyecto de ley, por ejemplo, enfatizar el hecho de que la radiodifusión no es sólo un simple negocio, sino más bien, un servicio esencial para el desarrollo social, cultural y educativo de los ciudadanos (esto no se cumple, porque justamente, los Multimedios están destinados sólo a lo comercial); o bien, priorizar la producción de publicidades hechas en el país, así como también de cine argentino para apostar al crecimiento nacional; otro de los puntos habla sobre las repetidoras y cadenas, las cuales deben ser una excepción de modo tal de priorizar y fomentar el pluralismo y la producción local y propia, exceptuando a aquellas que sean estatales o de servicio publico.

Hay voces a favor y voces en contra de este proyecto, las cuales comenzaron a circular por diarios, canales de TV y radios de todo el país a medida que el nuevo proyecto cobraba fuerza. Es sabido que no siempre se puede estar de acuerdo con todo, pero al menos hay que intentarlo, intentar escuchar al otro y llegar a un acuerdo, para volver a lo que alguna vez fue, a esos objetivos de consolidación de ideas, de impartición de información fidedigna, de mayor libertad de prensa, de que más personas puedan ingresar a los medios de comunicación y participar en los mismos. Es necesario volver el tiempo atrás y olvidar por un instante, que el mundo está globalizado, que existen las fusiones y las empresas privatizadas en el gobierno de Menem, que los Multimedios invaden la sociedad. Sólo así, y con la sanción de la nueva ley, los medios audiovisuales en la Argentina, podrán ser espacios de libre acceso, podrá haber más posibilidades de empleo en los mismos, más libertad, más medios, menos dinero de por medio y más divulgación de cultura e ideas. Argentina está a horas de vivir un hecho histórico y a punto de iluminar ese lado oscuro que le dejó la dictadura con esta Ley.


hhtp://www.comfer.gov.ar/web/blog/wp-content/uploads/2009/03/ley-final-sin-marcas.pdf


http://www.unaleyparatodos.com.ar/

Mayo Francés: de las barricadas a la Huelga General mundial


A pesar de que han pasado ya, 41 años desde el comienzo del Mayo Francés en 1968, vale la pena volver la mirada hacia atrás y recordar a aquellos estudiantes y obreros que lucharon por sus ideales, que rechazaron de lleno el sistema capitalista y las dictaduras estalinistas y fascistas, aquellos que lograron debilitar el “tan firme” gobierno de De Gaulle. Estos jóvenes, que comenzaron su lucha en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Nanterre, ignoraron que su rebelión desencadenaría años después cambios sociales tan importantes y tan profundos y que daría la bienvenida al tan esperado siglo XXI.

La restricción por parte de las autoridades de la Universidad a que los alumnos varones ingresaran a los dormitorios de las alumnas dentro del campus, fue la gota que rebalsó el vaso, fue el disparador. Pero a esto hay que sumarle, la vida opaca y aburrida que llevaban los estudiantes, y la tremenda represión policial que sufrieron los alumnos luego de participar en una serie de huelgas en numerosas universidades e institutos de París.

Del Mayo francés se tienen recuerdos contradictorios, ambiguos. El movimiento, al no contar con una conducción política, en cierta manera, fracasó. Pero al mismo tiempo, y por eso la ambigüedad, resultó ser el motor que haría funcionar lo que luego sería el mundo moderno. Sus ideales, pronto serían sólo un sueño, porque no todos pudieron hacerse realidad. Al iniciar esa semana rabiosa, los estudiantes buscaban la alianza de la clase subalterna con la inteligencia universitaria, la liberación femenina, la libertad sexual, la defensa del medio ambiente y la ecología, contaban con el apoyo de intelectuales como Marcuse, Sastre, Monod. Gracias a ellos, en cierto modo, se pudieron alcanzar algunos objetivos, como por ejemplo, la autogestión de las universidades, pero esto no alcanzó.

Ninguno de estos jóvenes imaginó que la espontánea decisión de comenzar una rebelión en un pueblo de Francia tendría tanta repercusión y tanto acatamiento en el resto del mundo. Fueron millones de personas luchando por sus ideales, queriendo cambiar la sociedad para poder ser más felices.

Al grito de “Prohibido prohibir” o “No le pongas parches, la estructura está podrida”, los participantes del Mayo Francés ya imponían tendencia en los demás países con el uso de pancartas, grafittis, collages, etc. Tal es el caso del movimiento de protesta llamado el “Cordobazo” sucedido en Córdoba, en Argentina exactamente un año después, que dejó como resultado la caída inmediata del gobierno militar de Onganía, y cuatro años después el regreso del Peronismo al poder. Otro caso, fue la revolución hippie que comenzó en los EE.UU. y pronto se extendió por el mundo. O la Primavera de Praga.

Fueron muchas las rebeliones, las protestas estudiantiles, las luchas reformistas que se sucedieron después del Mayo Francés, algunas con éxito, otras no tanto. Lo importante es que no hay que resignarse a soñar, a creer que existe un mundo mejor con más libertades, y que mejor ejemplo, que el Mayo Francés, o el Cordobazo, o la Revolución Cubana con la muerte del Che Guevara en 1967 (que sirvió como estandarte para los jóvenes de aquel Mayo del ’68), para dar cuenta de ello.





viernes, 2 de octubre de 2009

El Peronismo: forjador de la conciencia en la comunidad nacional


El Peronismo marcó un hito en la historia del Sindicalismo en la Argentina, un antes y un después. Y cuando se habla de hito en el sindicalismo se hace referencia a la gran posibilidad que brindó el peronismo, de acceso de las clases obreras, o el proletariado, a la escena política, siempre en tono revolucionario. Fue la respuesta política más acertada a las condiciones económicas y sociales que se estaban dando en el medio de un mar de incertidumbres ya instaladas en la sociedad.

Hablar de Peronismo es entrar en constante debate, hay quienes lo apoyan y quienes están en total desacuerdo con este tipo de gobierno, instaurado por el entonces Teniente Juan Domingo Perón, algunos lo tildaron de la “versión argentina del Fascismo italiano” por su semejanza con Mussolini en tanto al totalitarismo implantado, al servilismo, a la adulación, a las concentraciones multitudinarias, al despliegue de banderas, etc., aunque también se pueden ver algunas diferencias, como por ejemplo, que el Peronismo se formó sobre la base de los grandes sectores de trabajadores urbanos y rurales, mientras que en el caso italiano, sólo fue una ideología de la clase media.

Se trata de un fenómeno totalmente ambiguo que movilizó masas, que provocó levantamientos, odios y amores, frustraciones, que hizo sentir, a las clases desprotegidas y olvidadas por los gobiernos anteriores, que valía la pena seguir luchando por sus intereses y por sus ideales. El peronismo no podría haber existido sin este desamparo social y cultural provocado en las clases más bajas, pero tampoco podría haberse llevado a cabo sin el apoyo incondicional de la Iglesia, del Ejército y de la clase obrera, quien el 17 de octubre de 1945, hizo vibrar la ciudad de La Plata, se hizo escuchar, dijo “Presente”, y de allí en más, el apogeo del Sindicalismo, la emancipación de los trabajadores y la liberación de la República.

Pero, a pesar de todo lo que el Peronismo provocó, el final de Perón no fue demasiado feliz, si bien luego de su caída, casi obligada, en septiembre del ’55, él tuvo su tercer mandato presidencial durante la década del ’70, ya nada fue lo que era. Su tercer mandato fue débil y duró poco porque la muerte lo encontró. Perón fue cayendo lentamente, primero en manos del propio Peronismo, porque es allí donde se encontraba la traición (curas, comunistas, socialistas, radicales), el exilio en Paraguay, y luego ya sin fuerzas, se rindió ante la figura de la Muerte, quien lo encontró en 1974.

Es así como se sigue hablando de Perón y del Peronismo, y de lo que provocó en mucha gente, de todo lo que hizo, de los hospitales que construyó, de cómo promovió la educación laica en las escuelas, del amparo en los más desamparados, de la fundación de centenares de clubes y sociedades de fomento y recreación, etc. Quizás para muchos Perón fue un Dios, y para otros, el mismísimo Diablo. Pero no caben dudas, de que amado u odiado, Perón fue un líder carismático que en sus discursos transmitía igualdad y confianza al pueblo argentino con su legendario “Compañeros…”.


http://es.wikipedia.org/wiki/Peronismo

http://www.luchayvuelve.com.ar